Theo Jansen: Esculturas cinéticas
Theo Jansen es un artista holandés nacido en 1948 en Scheveningen (Países Bajos), que construye esculturas cinéticas, cual si de una nueva forma de vida se tratase.
Él estudió física en la Universidad Tecnológica de Delft y ha estado trabajando durante 16 años para crear estas esculturas que se mueven por cuenta propia de manera inquietantemente realista. Cada generación de sus "Strandbeests" está sujeta a las fuerzas de la evolución, con formas exitosas que avanzan en nuevos diseños. La visión de Jansen y el compromiso a largo plazo para su colección de animales de plástico es tan fascinante de observar como las propias bestias.
Sus más recientes criaturas caminan sin ayuda por las playas de Holanda, movidas por el viento que capturan con sus velas de gasa y que luego conducen a sus "estómagos" (viejas botellas de limonada), para luego articular las largas piernas hechas con tubos de plástico amarillo.
Además poseen un sistema por el cual corrigen su trayectoria al encontrarse con el agua del mar o con arena suelta en la que podrían atascarse.
Compilation from Strandbeest on Vimeo.
Almacenamiento del viento:
Esta acción se realiza empleando una variedad de bombas de bicicleta y muchos tubos de plástico.
Varias de estas bombas son impulsadas por las alas en la parte delantera del animal, que flamean con la brisa natural.
Al cabo de unas horas, las botellas o estómagos están llenas de una fuente de potencial eólico. Al retirar las tapas de las botellas, el viento escapa a alta velocidad impulsando los músculos del animal.
Los músculos de los animales de arena pueden equipararse a un hueso que se alarga. Y básicamente constan de dos tubos de plástico, uno inserto dentro del otro. El tubo interior posee en un extremo un anillo de goma que funciona como un pistón. Cuando el aire se desplaza desde las botellas o estómagos dentro de tubo, empuja el pistón hacia el exterior alargando el músculo. Cada músculo destapa otra botella o estómago, que impulsa a su vez otro músculo y así sucesivamente. Esto crea centros de control que pueden compararse al cerebro.
Sistema de piernas:
Idealmente el lápiz describe una especie de triángulo de esquinas redondeadas con una base horizontal. Cada vez que el dedo está en esta base, toca el suelo y transporta al animal.
Cuando el dedo alcanza la punta de la base, la pierna se levanta. Durante ese lapso de tiempo, las otras piernas se apoyan sobre el suelo, de modo que el animal no tambalee.
La curva que este movimiento describe depende de la relación de la longitud de las 11 pequeñas varillas.
Jansen ha optado por el método evolutivo para descubrir cuál sería esta relación entre las longitudes.
Once números sagrados:
1500 varillas de un largo arbitrario fueron generadas por ordenador. A continuación se evaluó cuáles de ellas resultaban óptimas para describir la curva ideal para caminar. El ordenador seleccionó 100 entre las 1500 iniciales, y estas 100 obtuvieron el privilegio de la reproducción.
Se copiaron sus formas y se combinaron con otras 1500 nuevas varillas. Éstas mantuvieron similitudes con sus predecesoras y nuevamente se sometieron a evaluación para descubrir la curva ideal para caminar.
Este proceso se repitió a lo largo de muchas generaciones computarizadas de varillas, hasta que el ordenador arrojó 11 números para las longitudes ideales requeridas.
El resultado final fue la pierna del Animaris currens vulgar. Éste fue el primer animal de arena que caminaba por sí solo, aunque alguna vez se ha mostrado contrario a hacerlo.
Luego, una nueva evolución por ordenador produjo las piernas de las generaciones siguientes.
He aquí los números sagrados:
a = 38 b = 41.5 c = 39.3 d = 40.1 e = 55.8 f = 39.4
g = 36.7 h = 65.7 i = 49 j = 50 k = 61.9 l =7.8 m = 15
Gracias a ellos, los animales pueden caminar. (Texto extraído de Strandbeest)
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